El despido disciplinario se produce cuando una empresa decide poner fin a la relación laboral con un trabajador debido a un incumplimiento grave y culpable de sus obligaciones. Este tipo de despido está amparado por la normativa laboral española (principalmente el Estatuto de los Trabajadores), que exige que existan motivos claros y probados para justificar la medida.
A diferencia de otros despidos (objetivos, colectivos, etc.), el despido disciplinario tiene un marcado carácter sancionador, pues responde a conductas que la ley considera graves. Aunque puede parecer un proceso unilateral por parte de la empresa, el trabajador cuenta con derechos que le permiten impugnar o recurrir la decisión si considera que no está justificada.
En este artículo, abordaremos las causas del despido disciplinario más habituales, el procedimiento a seguir, las posibles consecuencias para ambas partes y si corresponde o no indemnización en cada caso.
Causas del despido disciplinario
Para que un despido disciplinario se considere procedente, es indispensable que se base en un “incumplimiento grave y culpable” del trabajador. Este concepto jurídico engloba diversas faltas que atentan contra el normal desarrollo de la actividad laboral y la buena fe contractual. Algunas de las causas más frecuentes son:
1. Faltas de asistencia o puntualidad reiteradas
Cuando el empleado falta al trabajo o llega tarde de forma injustificada y constante, la empresa puede alegar un incumplimiento grave. Es fundamental que se demuestre la persistencia de este comportamiento y que no existan motivos que lo justifiquen (por ejemplo, enfermedad acreditada).
2. Indisciplina o desobediencia
Si un trabajador se niega repetidamente a cumplir órdenes, instrucciones o reglamentos internos relacionados con sus funciones laborales, puede incurrir en una causa de despido disciplinario. No obstante, la empresa debe probar que se dio una orden clara y que el trabajador la desobedeció sin razón suficiente.
3. Ofensas verbales o físicas
Los insultos, amenazas o agresiones físicas a compañeros, superiores o clientes constituyen motivos graves que pueden derivar en el cese disciplinario. La ley protege el derecho a la integridad y la dignidad de todos los trabajadores, por lo que cualquier conducta que vulnere este principio puede considerarse una infracción muy grave.
4. Transgresión de la buena fe contractual
Incluye situaciones como apropiación indebida de bienes de la empresa, manipulación de datos, robo de información confidencial, entre otras conductas fraudulentas. Cualquier acto que genere una pérdida de confianza justificada entre la empresa y el trabajador puede encajar en esta categoría.
5. Disminución del rendimiento laboral de manera voluntaria
Cuando el empleado reduce intencionalmente su ritmo de trabajo o no cumple con sus obligaciones, provocando un perjuicio claro a la empresa, puede ser objeto de despido disciplinario.

Estas causas deben constar en la carta de despido que la empresa entrega al trabajador. Si no se detalla adecuadamente la motivación o no se justifica el incumplimiento, el despido podría ser considerado improcedente o incluso nulo.
¿Cuándo es necesario un expediente de dominio?
El expediente de dominio es esencial en varias situaciones relacionadas con la titularidad y registro de propiedades. A continuación, te explicamos los casos más comunes en los que se requiere este trámite:
1. Propiedades no registradas en el Registro de la Propiedad: Si un inmueble no figura en el Registro, no cuenta con protección legal frente a terceros, lo cual puede suponer un riesgo para el propietario. El expediente de dominio permite realizar la inscripción formal de la propiedad, otorgándole una seguridad jurídica y visibilidad oficial.
2. Problemas con la documentación de titularidad: En ocasiones, los documentos que acreditan la propiedad pueden estar incompletos, haberse extraviado o no ser suficientes para el registro. En estos casos, el expediente de dominio proporciona una solución al ofrecer un método alternativo para legitimar la titularidad. Es una medida frecuente cuando el propietario no cuenta con una escritura pública adecuada para inscribir el bien.
3. Herencias sin testamento o con documentos incompletos: Cuando una propiedad es heredada sin que exista un testamento claro o si la documentación no está completa, los herederos suelen necesitar un expediente de dominio para registrar la propiedad a su nombre y evitar problemas futuros. Esta situación es particularmente común en bienes heredados que no habían sido inscritos anteriormente.
4. Conflictos sobre límites o colindancias: Los conflictos en los límites de una propiedad (colindancias) pueden generar discrepancias con propiedades vecinas. En estos casos, el expediente de dominio ayuda a definir los límites exactos de la propiedad, resolviendo conflictos actuales y previniendo futuros desacuerdos.
Consecuencias del despido disciplinario
Cuando un despido disciplinario es cuestionado ante los tribunales, el juez puede calificarlo de tres maneras:
1. Procedente
El juez considera que la causa alegada por la empresa está probada y justifica el cese. En este caso, el trabajador no tiene derecho a indemnización por el concepto de despido disciplinario conforme a la ley.
2. Improcedente
Si el tribunal determina que no existen pruebas suficientes para acreditar la causa del despido alegada en la carta o que la empresa no cumplió con el procedimiento legalmente establecido, el despido será considerado improcedente. En esta situación, la empresa tiene dos opciones:
- Readmitir al trabajador en su puesto, abonando los salarios dejados de percibir.
- Pagarle la indemnización que establece la ley por despido improcedente.
3. Nulo
Se declara nulo cuando se vulneran derechos fundamentales, por ejemplo, si el despido se produce por discriminación o en situaciones protegidas (embarazo, reducción de jornada por cuidado de familiares, etc.). Al ser nulo, la empresa está obligada a readmitir al trabajador y abonarle los salarios correspondientes desde la fecha de despido.
¿Hay indemnización en un despido disciplinario?
Una de las dudas más frecuentes es si existe derecho a despido disciplinario indemnización. La respuesta depende de la procedencia o improcedencia del despido:
Despido disciplinario procedente:
El Estatuto de los Trabajadores no contempla indemnización si la causa del despido disciplinario está justificada, ya que la ley considera que se ha extinguido el contrato por un incumplimiento grave del trabajador.
Despido disciplinario improcedente:
En este caso, la empresa debe optar entre readmitir al trabajador o indemnizarlo según la normativa vigente. La cuantía se determina teniendo en cuenta la antigüedad y el salario que según la normativa vigente es de 33 días de salario por año de trabajo.
Despido disciplinario nulo:
El trabajador debe ser readmitido en las mismas condiciones, con abono de los salarios dejados de percibir y cotizaciones correspondientes. A diferencia del despido improcedente, no cabe la posibilidad de sustituir la readmisión por una indemnización, salvo que el trabajador y la empresa pacten otra solución.

Recomendaciones legales y alternativas
Infórmate y revisa la carta de despido
Antes de tomar decisiones, revisa a fondo la documentación y asegúrate de entender los motivos expuestos. Si hay imprecisiones o no se detallan los hechos, podría ser un indicio de improcedencia.
Busca asesoría legal especializada
Dado que el plazo para impugnar es muy corto (20 días hábiles), te recomendamos contactar cuanto antes con un despacho de abogados especializado en derecho laboral. Un profesional evaluará si se han cumplido los requisitos legales y qué estrategia es más conveniente para tu caso.
Valora la vía de la conciliación
El acto previo de conciliación para intentar un acuerdo entre empresa y trabajador ser clave para negociar una indemnización o, en casos de despido nulo, plantear la readmisión.
Documenta todas las pruebas posibles
Si consideras que el despido es injusto o que vulnera tus derechos, reúne correos, testigos o cualquier prueba que respalde tu postura. La prueba es esencial para acreditar la improcedencia o nulidad.
Conclusión
El despido disciplinario es una de las formas más drásticas de extinción de la relación laboral. Se basa en la existencia de un incumplimiento grave por parte del trabajador y, por ende, conlleva un alto nivel de exigencia probatoria para la empresa. No obstante, siempre debes recordar que cuentas con derechos y mecanismos de defensa, especialmente si consideras que los motivos alegados carecen de fundamento o no se ajustan a la realidad.
En caso de duda, el asesoramiento legal es tu mejor aliado. Un buen abogado laboralista puede marcar la diferencia entre un despido válido y uno calificado como improcedente o nulo, con las consecuencias económicas y laborales que ello implica.
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